La bebé Y nació extremadamente prematura a las 25 semanas y, como resultado de haber nacido tan temprano, sufrió numerosos problemas respiratorios, neurológicos, del habla y de otro tipo.
Todo esto podría haberse evitado si los médicos y otros proveedores médicos que atienden a la madre del bebé Y hubieran enviado a la madre de manera adecuada y oportuna a una consulta de medicina materno-fetal para que le realizaran un cerclaje cervical y hubieran controlado adecuadamente la longitud de su cuello uterino.
Como resultado de estos fracasos y de la demanda por negligencia médica interpuesta por el bufete de abogados Jacob D. Fuchsberg en nombre de Baby Y, Bradley Zimmerman y Christopher Nyberg llegó con éxito a un acuerdo de 2.595 millones de dólares con un hospital y proveedores médicos en la ciudad de Nueva York.
La recuperación también incluye la inscripción del bebé en el Fondo de Indemnización Médica del Estado de Nueva York, que proporcionará cobertura médica de por vida para el bebé.
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